Decimos en La Cole, que detrás de cada plato o receta, existe una gran historia.
Dicen que los antioqueños son orgullosos de su tierra, que son llenos de vida y emoción entre sus montañas verdes y que su amabilidad es lo que más los identifica, precisamente dentro de esa cultura paisa, existe un plato típico que hace que se llene el corazón de puro amor en cada bocado que se llevan a la boca, ¿ya sebes de qué estamos hablando? Sí, nada más delicioso que un plato lleno de fríjoles calienticos, espesitos y con mucha sazón, pero mejor aún, acompañado de un crocante y delicioso chicarrón, plátano maduro y para rematar, el aguacate
En Colegiatura hace 6 años aproximadamente o inclusive más, los días viernes se hace homenaje a la cultura antioqueña, sirviendo a los comensales de la Comunidad este delicioso menú.
¿Te has preguntado toda la historia que hay detrás en el plato que llega a tu mesa?
Como todos los días, Lina María Vanegas, una de las cocineras del Laboratorio de Cafetería de La Cole, abre sus ojos a las 4:15 de la mañana, plancha su uniforme y se organiza para salir de su casa a eso de las 4:30 a.m., camina como 3 cuadras hasta el metro en la estación Niquía, se baja en Exposiciones y coge el bus que sube al oriente para llegar a Colegiatura. Ella vive con sus 2 hijos y su esposo, el mayor Juan Camilo de 18 años y Luisa Fernanda de 15.
Entre las 5:20 y 5:30 de la mañana aproximadamente llega a La Cole, se cambia con su uniforme y se dirige al Laboratorio de Cafetería, enciende la radio con su música favorita y la de sus compañeros, la popular, o como ella la llama “Guasca” y al son de “Dulce Pecado” del cantante Jessi Uribe, le pone energía y motivación al día.
Lina es una de las auxiliares de cocina de Colegiatura, desde hace 2 años llegó a la Institución a realizar sus prácticas de la técnica en alta cocina que estudió y dado su gran desempeño y alegría unos meses después regresó y se vinculó.
Lo primero que busca son los fríjoles que dejó remojando desde el día anterior, los lava y los selecciona uno a uno, “escojo los más sanitos y que no tengan huequitos”, luego los lleva al fogón, a eso de las 7:10 de la mañana, prepara la zanahoria, la ahuyama y los plátanos para ingresarlos a la olla y mientras que va picando cada uno de los ingredientes se toma un chocolate caliente.
Completa la preparación que se va cociendo a fuego sin que la olla esté tapada con sal, ajo, cebolla, salsa de tomate, azúcar y los ingredientes más importantes para ella, su amor y alegría, luego tapa la olla, aumenta el calor del fuego y los pone “pitar”.
Una vez pasa el tiempo de cocción acorde a la preparación, ella apaga el fogón, saca la presión del vapor de la olla, la destapa, retira la zanahoria y la ahuyama para licuarlas con cilantro e ingresa nuevamente a la olla la mezcla y los pone a “calar” a fuego lento.
A las 8:30 de la mañana, cuando esa inicial preparación está quedando lista, Lina se dispone a preparar el arroz “pongo a sofreír la cebollita y al ajito para dar sabor”, mientras que el agua hierve, ella aprovecha el tiempo para “pelar” los plátanos maduros, partirlos a la mitad y engrasar con mantequilla las bandejas donde se asan en el horno con más mantequilla y azúcar morena durante una hora.
Continúa con la preparación de la carne o proteína que hace suspirar a más de uno: ¡el chicharrón! “cojo cada porción y empiezo a abrirle las paticas una a una, le echo sal, harina y los 樂威壯
frito”, al tiempo una de sus compañeras y en ocasiones ella según lo que esté realizando, parten en porciones el aguacate para la ensalada.
A eso de las 10:15 de la mañana, exprimen limón al agua que está “helando” desde el día anterior con la panela, para preparar el guandolo (bebida a base de panela) para acompañar los “frijolitos”.
A las 11:30 de la mañana aproximadamente “monto las arepas y a las 11:40 a.m. comenzamos a emplatar entre 50 y 60 platos aproximadamente”.
Lina es apasionada por la cocina desde que era niña y sueña con ser una gran chef algún día “cada una de mis preparaciones tiene mucho amor, me encanta la cocina, para mí es muy satisfactorio y me llena de orgullo cada vez que me dicen, quedaron muy ricos los fríjoles, siento que a través de lo que hago con mis manos, la gente es feliz.
Desde los 7 años yo cocino, pero no había contado con los recursos para poder estudiar, un día con mi esposo me puse a pensar que mi sueño era estudiar Gastronomía y le dije que quería hacerlo, entonces busqué la forma de realizar una Técnica para chef en alta cocina, pero quisiera estudiar la carrera profesional, siempre pienso que rico por esos muchachos de La Cole que están allá metidos, yo sueño ser algún día una gran chef”.